Abstract:
En el año 2021, no solo el país, sino el planeta entero vivió una de las crisis sanitarias más
letales que se ha vivido a lo largo de la historia. Esta crisis dejó a muchísimas personas sin
trabajo, sin educación, sin comida, incluso a muchos sin esperanzas. De ahí en adelante y como
lo dice la ley de la evolución tuvimos que irnos adaptarnos a esta nueva realidad y evolucionar
o perecer en algunos casos.
No solo en procesos, lineamientos, procesamientos, sino en nuestra vida cotidiana, trabajo,
escuela, incluso reuniones sociales, todo desde ahora tomaría un giro de 180° que nos haría
percibir la realidad de manera distinta; de hecho, en algún momento incluso estar lejos era la
mejor manera de decir te amo alguien y de cuidarla. Viendo todo esto el mundo laboral tuvo
que adaptarse, pero en vista de que el mercado se había contraído tanto en la oferta de plazas
de trabajo, hubo que realizar ciertas adecuaciones que quizás, sin pagar más le permitieran a las
compañías mantener a sus mejores elementos hasta que todo esto pudiere calmarse, esto nos
introdujo en una nueva ola llamada “Salario Emocional”, que sin duda y gracias a todo lo
ocurrido, llegó para quedarse, para reconocer que el recurso más importante que tenemos en la
organización es el capital humana y que tenemos que velar por su bienestar integral (bio – psico
– espiritual).
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El Salario Emocional está cobrando mayor relevancia en las empresas y esto se debe a que
cada vez existe mayor evidencia de que la satisfacción laboral está íntimamente ligada a la
productividad laboral y a la fidelización del talento. El Salario Emocional no es una tendencia
de moda, es una estrategia organizacional que ya ha sido aplicada obteniendo resultados
exitosos, por varias empresas a lo largo de los últimos años. Lo que ha venido variando es que
ahora no solo las grandes empresas lo aplican, sino que cada vez más las medianas y pequeñas
empresas se están sumando a estas prácticas para el mejor funcionamiento de su estrategia
organizacional, puesto que la incorporación de las nuevas generaciones (mileniall, centennial,
generación z), a la vida laboral ha generado que una estrategia de fidelización del talento sea
indispensable para el logro de los objetivos organizacionales.